Continuamos nuestro viaje por Turquía, y esta vez nos dirigimos a visitar las ruinas de la ciudad de Éfeso, pero antes de llegar allí, haremos una pequeña parada en la "Casa de la Virgen María". Un lugar que tengo muchas ganas de ver, no solo por lo histórico sino también por ser un santuario católico e importante punto de peregrinación cristiano por ser el sitio donde esta residió tras la crucifixión de Jesús. Se encuentra en la cima de la "Colina del Ruiseñor", en las laderas del monte Solmiso, a solo unos 6km de las ruinas de Éfeso.
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| Replica escultura de la Virgen que hay en la casa |
La Casa de la Virgen María es un lugar religioso cerca de Éfeso, a siete kilómetros de Selçuk, donde, según la tradición del lugar, el Apóstol San Juan, huyendo de la persecución en Jerusalén por parte de Herodes Agripa, llevó a la Virgen María tras la crucifixión de Cristo hasta su bienaventurada Asunción, según los católicos.
Gracias a las visiones de Ana Catalina Emmerick (1774-1824), se produjo uno de los más sensacionales
descubrimientos arqueológicos de todos los tiempos: la casa donde la Virgen María habría vivido sus últimos años en Éfeso, una antigua
localidad de Asia Menor, en la actual Turquía. La habría descrito como "...una casita en las montañas, construida a los pies de
una ladera, desde lo alto de la cual podían divisarse el Mar Egeo y las
ruinas de Éfeso".
Ana Catalina Emmerick llevaba diez años enclaustrada, inválida y estigmatizada
con las cinco llagas de Cristo cuando Clemens Brentano, uno de los
mejores poetas del Romanticismo Alemán, transcribió sus narraciones
sobre la Pasión de Jesús. Esta peculiar monja tenía
el don de la visión, gracias al cual, pudo contemplar los
hechos con todo lujo de detalles, sin moverse del lecho. La religiosa alemana beata Ana Catalina Emmerick
habría tenido una visión de María, en su casa, sin haber visitado el
lugar, cuya descripción fue publicada, posteriormente, por el escritor Clemens Brentano. Antes de llegar a lo que es propiamente la Casa de la Virgen María, nos encontramos con los restos de lo que parece ser una piscina que se utilizaría para llevar a cabo el rito del bautismo, entre la multitud de fieles y peregrinos que llegaban hasta allí.
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| Piscina donde posiblemente se realizaban bautismos |
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| Casa de la Virgen María |
Desde su descubrimiento a fines del Siglo XIX,
el lugar es un destino de peregrinos cristianos. En 1891 los sacerdotes lazaristas Poulin y Jung creyeron haber encontrado la casa descrita en los libros publicados sobre las visiones de Ana Catalina Emmerick. La religiosa vicentina Sor Adele Marie de Mandat-Grancey
compró el terreno al Estado turco, y los descubridores comenzaron con
la reconstrucción de la ruina y la búsqueda de la tumba de Santa María
en sus alrededores. Ninguno de ellos dudó de que su
mejor brújula para dar con el paradero de aquella casa desconocida había
sido precisamente el libro de Emmerick. Previamente, los cuatro miembros de la expedición
preguntaron a unas mujeres que trabajaban en el campo dónde
podían encontrar agua. Fue entonces cuando ellas les indicaron la
cercanía de una capilla, a los pies de una loma desde donde se podía
contemplar el Mar Egeo y las ruinas de Éfeso, tal y como venía detallado en el libro de Ana Catalina Emmeric.
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| Entrada a la Casa de la Virgen María |
A su muerte, Brentano público en 1833 La amarga Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, obra en la que se inspiró el director y actor Mel Gibson, para rodar su exitosa película "La Pasión". La tumba de María no está debido a la Asunción en cuerpo y alma al cielo. No está enterrada en ningún lugar. En 1896, tras una consulta hecha por el papa León XIII a los descubridores, éste decidió que la casa era un monumento que debía investigarse. Para que el sitio se transformara en un ámbito de veneración, la Iglesia católica lo reconoció como lugar oficial de peregrinación en 1951. Concretamente, después de la definición del dogma de la Asunción en 1950, el papa Pío XII proclamó la casa como santuario, privilegio que, más adelante, le conferiría, con carácter permanente, el papa Juan XXIII. Durante la visita y dentro de la "casa de la Virgen María" está prohibido sacar fotografías y el hacer videos.
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| Fuente de agua junto a la Casa de la Virgen María |
Es una casita pequeña y muy modesta, donde podréis ver la estatua de la Virgen María que se descubrió durante las excavaciones y a la que le falta una mano. Es idéntica a la réplica que podemos ver de camino a la casa, y que se encuentra a la vista de todas las personas. Verás fotografías de los Papas que la han visitado, y de los rosarios que llevaron como ofrenda y regalo a la Virgen. Lo que me llamó mucho la atención, es que justo antes de salir, en una pared, verás protegido por un cristal, un fresco del rostro de la propia Virgen María. Al salir verás unos Candeleros, donde podrás encender unas velas (puedes comprarlas en la misma Casa de la Virgen María) o rezar unas oraciones, para continuar la visita y llegar a las fuentes de agua. El agua de estas fuentes viene del manantial en el que los cuatro miembros de la expedición
preguntaron a las mujeres del campo en dónde
podían encontrar agua. Como todas las fuentes que hay en lugares religiosos, dicen que tiene propiedades curativas, allí verás colas de personas para rellenar botellas o pequeños frascos, bien para ellos, o para algún familiar o para un amigo.
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| Muro de los deseos |
Otro de los puntos de interés de esta visita es el llamado "muro de los deseos". Este muro exterior de la Casa, contiene millares de oraciones, súplicas o agradecimientos que los peregrinos y fieles que visitan el lugar dejan en tiras de papel o tela. Ha sido visitada por los Papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Sin embargo, la Iglesia católica nunca se ha
pronunciado sobre la autenticidad de la casa, y es poco probable que lo
haga, debido a la falta de evidencia científica aceptable. El edificio en cuestión es realmente una pequeña iglesia bizantina, que data, probablemente, según el plano y la técnica de construcción, del Siglo XIII.
Aunque se haya construido sobre los vestigios de un edificio más
antiguo, no existe prueba arqueológica que haya podido
remontarse a los tiempos apostólicos.
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